El nacimiento de un espacio personal

Desde siempre, mi mente ha sido un hervidero de ideas, pensamientos y curiosidades (voy loca, que diría algún amigo). Con el paso del tiempo, esas ideas, reflexiones o pensamientos, como los queramos llamar, me han impulsado a investigar por mi cuenta y me han dado esa sensación genial de «crecimiento personal». Sin embargo, también me mortificaba la idea de que probablemente se perdieran (ni que fuera a descubrir el Amazonas, Fer. Sí, por cierto, me llamo Fernando, Fer para los amigos). Sentí la necesidad de darles un lugar especial, un hogar donde pudieran ser compartidas y apreciadas.

Sin embargo, siempre he tenido miedo a compartir cosas públicamente. La vulnerabilidad y el temor al juicio ajeno me detenían. Pero después de muchas noches de insomnio, ocasionadas sobre todo por mi hijo, a quien le dedico todas y cada una de las entradas, y largas charlas conmigo mismo, decidí que era hora de armarme de valor y plasmar todo eso en un lugar tangible. Así nace este blog, un rincón donde compartiré todas esas cosas que se me pasan por la cabeza y que, de alguna manera, me parecen dignas de ser compartidas.

Un homenaje especial

El nombre de este blog, «consejosvendoyparaminotengo.es», es un pequeño homenaje a mi mujer. Ella, con su sentido del humor, suele decir esta frase que siempre me hace sonreír. Para mí, no solo es una expresión divertida, sino que también encapsula una verdad profunda sobre la vida y la naturaleza humana. En nuestras conversaciones, esa frase se convirtió en un recordatorio constante de que siempre hay algo nuevo por aprender, algo valioso por compartir, y que a veces, las mejores lecciones vienen de la propia experiencia y del corazón.

Este blog también es una forma de dejar un legado para nuestro hijo, Máximo (Max para los amigos). Escribir aquí es mi manera de hablarle, de transmitirle todo (bueno, «todo», lo que se pueda… no te calientes, Fer) lo que he aprendido y lo que sigo descubriendo cada día. Espero que algún día, cuando lea estas líneas, pueda sentir la conexión y el amor que puse en cada palabra. Y no vergüenza ajena de su padre, jajajaja.

Sin pretensiones, pero con sinceridad

En este viaje de compartir mis ideas, no busco fama ni reconocimiento. Simplemente quiero compartir. Mi intención no es otra que la de abrir mi mente y mi corazón a quien quiera escuchar. Eso sí, si en algún momento ves un enlace a un producto y resulta ser un enlace de afiliados, espero que no te importe. Aunque, siendo completamente honesto, solo lo haré si no me da pereza en ese momento. La transparencia y la sinceridad son la clave aquí. Este espacio es un reflejo de quién soy, sin filtros ni adornos innecesarios. De hecho, es probable que haya algún taco de vez en cuando o escriba alguna barbaridad, pero bueno, soy así.

Respeto ante todo

La idea no es generar polémica ni debates acalorados. En este blog, todos los pensamientos y opiniones que se compartan son personales y espero que se reciban con el mismo respeto con el que son escritos. Si algo no te gusta o no estás de acuerdo, está bien. Pero recuerda, no busco ofender a nadie. Simplemente quiero compartir lo que pienso, sin tener que enviarlo por múltiples canales de WhatsApp o Telegram en los que, la mayor parte de las veces, nadie me suele hacer mucho caso excepto contadas ocasiones. Este es mi lugar seguro, y quiero que también lo sea para ti, donde puedas leer, reflexionar y quizás encontrar algo de valor en mis palabras. Quien quiera leerlo, sabrá dónde encontrarme, y espero que lo haga con una mente abierta y un espíritu respetuoso.

Comunicación a través de Twitter, no en los comentarios

Quiero mantener este espacio lo más limpio y libre de distracciones posible. Por eso, he decidido no activar la sección de comentarios en el blog. Sé que muchos de vosotros podríais tener valiosas aportaciones o querer compartir vuestras opiniones sobre lo que escribo. Y me encantaría escucharos. Por eso, si tienes algo que decir, te invito a que lo hagas a través de Twitter. Puedes encontrarme y seguirme en @consejosvendoy. Allí estaré compartiendo cada nueva entrada y, en la medida de lo posible, comentaré también. Twitter se convierte así en nuestra plaza pública, donde las ideas pueden fluir libremente y donde puedo interactuar con cada uno de vosotros de manera más dinámica y directa.

Conclusión

Y eso es todo… por ahora. Espero que disfrutes de este espacio tanto como yo espero disfrutar creándolo. Cada entrada es una pequeña pieza de mi mundo, y espero que encuentres en ellas algo que te inspire, te haga pensar o simplemente te arranque una sonrisa. Sobre todo, esto último.